La película comienza en el plató de Way out West, donde el dúo se revela como un amigable mujeriego, con las arcas desgastadas por los múltiples divorcios y los juegos de azar (en el caso de Oliver). También son empleados descontentos del empresario cómico Hal Roach; Stan, cuyo contrato está a punto de terminar, quiere independizarse como Chaplin, o al menos tocar al jefe por un aumento de sueldo, pero Oliver es reacio. Entonces las cámaras empiezan a girar y Laurel y Hardy encienden la vieja magia, levantando las rodillas mientras bailan su famosa y entrañable danza frente a la pantalla de retroproyección.